Reflexiones

El ladrillo

septiembre 30, 2015

El ladrillo

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar 煤ltimo modelo, con precauci贸n de no toparse con un chico cruzando la calle sin mirar, y al bajar la velocidad; sinti贸 un estruendoso golpe en la puerta, y al bajarse vio que un ladrillo le hab铆a estropeado la pintura, carrocer铆a y vidrio de la puerta de su lujoso auto.

 

Tranc贸 los frenos, dio un brusco giro de 180 grados; y regres贸 a toda velocidad a donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que luc铆a su ex贸tico auto.

Sali贸 del auto de un brinco y agarr贸 por los brazos a un chiquillo, y empuj谩ndolo hacia un auto estacionado; le grit贸 a toda voz: 驴Qu茅 rayos fue eso?

驴Qui茅n eres tu? 驴Qu茅 crees que haces con mi auto? Y enfurecido casi botando humo, continu贸 grit谩ndole al chiquillo: !Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte caro! 驴Por qu茅 hiciste eso?

“Por favor, Se帽or, por favor. Lo siento mucho! no s茅 que hacer”, suplic贸 el chiquillo.” Le lanc茅 el ladrillo porque nadie se deten铆a l谩grimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras se帽alaba hacia alrededor del auto estacionado.

“Es mi hermano”, le dijo. Se descarril贸 su sill贸n de ruedas y se cay贸 al suelo y no puedo levantarlo”. Sollozando, el chiquillo le pregunt贸 al ejecutivo: “Puede usted, por favor; ayudarme a sentarlo en su silla? Est谩 golpeado, y pesa mucho para m铆 solito”. Soy peque帽o.

Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo trag贸 grueso el taco que se le form贸 en su garganta.

Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levant贸 al joven del suelo y lo sent贸 en su silla nuevamente sacando su pa帽uelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo especial. Luego de verificar que se encontraba bien, mir贸; y el chiquillo le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie… “DIOS lo bendiga, se帽or…y muchas gracias” le dijo.

El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita.

El ejecutivo no repar贸 la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo; para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atenci贸n.

DIOS nos susurra en el alma y en el coraz贸n a travez de su Esp铆ritu Santo.

聽Hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atenci贸n.

Escoge: Escucha el susurro… o el ladrillazo.

 

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  • josue loko mayo 30, 2015 at 7:26 am

    bella reflexion..

  • Alexo mayo 31, 2015 at 10:59 am

    Upss!

  • Jenny septiembre 30, 2015 at 8:18 pm

    Preciosa reflexion

  • error: El Tren de la Vida